Habiendo tenido que sufrir las burlas de varios de sus colegas escritores, algunos de ellos amigos suyos, a causa de unos desventurados sonetos publicados en 1784, García Malo se decidió a dar a la estampa en 1788 su traducción de la «Ilíada». Suponemos que, de esa manera, mediante la traslación por vez primera al idioma castellano de una de las más excelsas cumbres de la poesía, pretendía nuestro autor redimirse ante la opinión pública de su anterior fracaso. Sin embargo, el miedo a volver a incurrir en la crueldad de críticas anteriores, cuestión que podía verse ahora agravada por su situación personal, al hallarse comprometido en matrimonio con una persona de una clase social bastante más baja que la suya, propició que nuestro autor echara mano de toda una suerte de recursos que contribuyesen a atemperar el rigor de las evaluaciones públicas y, en cualquier caso, a desviar sus posibles reproches hacia la parte técnica de su trabajo.García Malo: hopes and fears before his translation of the «Iliad» in 1788.
García Malo had been ridiculed by some of his fellow writers, several of which were his friends, because of some unfortunate sonnets published in 1784. That is why, in 1788, he decided to print his own translation of the «Iliad». We suppose that, by translating one of the most sublime works of poetry into Spanish for the first time, he was trying to atone for his earlier failure in the eyes of public opinion. However, he feared incurring again in the cruelty of his previous criticism, a situation which could get worse now that he had become engaged to someone from a lower social class. This concern caused our author to draw upon an entire array of resources which may contribute to moderate the harshness of public evaluations, and, in any case, to divert possible reproach about the technical part of his work.
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