La economía de Bolivia ha tenido índices económicos positivos la última década con un crecimiento sostenido impulsado por los altos precios internacionales de los productos bolivianos de exportación, principalmente gas, minerales y soya (soja). Gracias a esta disponibilidad de recursos se han realizado importantes actuaciones en infraestructuras (carreteras, infraestructuras energéticas, etc.), industria y vivienda.
Esta situación económica favorable fue decayendo desde el año 2018, produciéndose una desaceleración de la economía junto con una reducción de las reservas internacionales netas del país, que habían alcanzado niveles récord. El panorama económico se vio afectado por una situación política extrema: en octubre del año 2019 al fraude electoral en las elecciones presidenciales que derivó en una fuerte convulsión social paralizando prácticamente todo el país por más de un mes. Debido a ello, una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) visitó el país y su informe corroboró las graves irregularidades que se cometieron en el proceso electoral, motivo por el cual, el expresidente Evo Morales renunció a su cargo, asumiendo la presidencia por sucesión constitucional Jeanine Añez. (...)
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