Resumen de Mejora genética: lo que el viento nos traerá
Cada vez más, en la mejora genética forestal, los términos de la tradicional fórmula Fenotipo =Genotipo + Ambiente se entienden como multidimensionales. Las actuales herramientas genómicas posibilitan obtener una enorme información sobre los genotipos, pero para poder aprovecharla en la mejora, es necesario desarrollar mapas genotipo-fenotipo que permitan comprender mejor las relaciones entre ambos. Dado que los caracteres de interés son sumamente complejos (crecimiento, calidad de la madera, resistencia a patógenos, etc.), entender qué procesos funcionales subyacen bajo estos caracteres y cómo interaccionan con el ambiente son cuestiones clave para poder realizar una selección adecuada. Por otra parte, es necesario considerar fenotipos de forma integral, ya que la energía y recursos disponibles para realizar las funciones vitales (crecimiento, reproducción y mantenimiento) son limitados, por lo que la selección sesgada hacia una de esas funciones puede comprometer la optimización simultánea de las demás. En cuanto al ambiente, la longevidad de los árboles impone seleccionar considerando las posibles condiciones ambientales futuras en un contexto de cambio climático. Esta ponencia analizará este panorama multidimensional y argumentará la necesidad de integrar en la selección fenotípica la estabilidad mecánica y de incluir el viento entre los factores ambientales principales que explican el comportamiento de los genotipos. Para los árboles, seres de larga vida y gran tamaño, mantenerse en pie en un ambiente sometido a esfuerzos mecánicos variables, como las cargas debidas al viento, nieve, etc., no es una función trivial. Lo consiguen mediante mecanismos de control postural y desarrollando un buen sistema de anclaje (raíces), que pueden comprometer el crecimiento a través del reparto de biomasa aérea/radical. También repercuten en la forma del tronco. En estos procesos puede haber componentes con variabilidad genética y heredables. Las previsiones de cambio climático contemplan un notable incremento de daños por viento (derribos) en Europa en este siglo. Pero además, el régimen ordinario –no catastrófico- del viento tiene efectos notables ya documentados sobre el crecimiento, la arquitectura y la rectitud delos troncos, que lo sitúan como una variable ambiental explicativa de primer orden. Incluir estos aspectos en los programas de mejora genética puede incrementar la eficacia de los mismos en su objetivo final de obtención de madera en cantidad y calidad.
