Es gigantesco. Mide entre 110 y 170 kilómetros, recorre el firmamento a un velocidad de 42 kilómetros por segundo y es uno de los cometas que más ha brillado desde hace 2.000 años.
El Hale-Bopp está robando por unas semanas el protagonismo a las estrellas. Desde que fue descubierto en 1995, su luz ha dejado boquiabiertos a miles de aficionados y científicos. Sólo hay que buscarlo en el cielo para verlo, no pide más.
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