El manejo del dolor en el gato resulta siempre un reto para el veterinario. Por un lado, porque esta especie lo manifiesta de formas no muy obvias (los gatos no se quejan) y, por otra, porque existe una gran variabilidad entre un individuo y otro. Por lo tanto, está en nuestras manos identificar ese dolor y tratarlo de la manera más efectiva posible.
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