Dimos Patras, Grecia
En el mundo altamente competitivo y exhibicionista de Luciano, el hiper-aticismo, el (ab)uso de palabras recónditas y arcaicas a fin de impactar deviene en una especie de plaga. En este artículo discuto cómo el Lexífanes se centra precisamente en las asociaciones literales y metafóricas del hiperaticismo como una enfermedad, prestando especial atención al dictamen médico -articulado en el texto por el doble del autor, Licinio-, según el cual el personaje epónimo del diálogo sufre de melancolía. En lugar de constituir una referencia de pasada al vocabulario coloquial de la locura, la melancolía -sostengo- ayuda a Luciano a asimilar a la fuerza la acumulación de palabras pretenciosas para el desvarío de un loco, un parloteo no sensitivo carente de significado. Al mismo tiempo, Luciano también pretende exponer la presencia de la melancolía en el lenguaje cultural y médico de su época como una enfermedad que de manera especial afecta a los “grandes espíritus”, a las personas de inteligencia excepcional. Al llamar a Lexífanes ‘melancólico’, Luciano reprende la pretensión de Lexiphanes a la vez como hiper-aticista y, no menos importante, como pseudointelectual que está configurando su imagen pública, temperamental y fisiológicamente, como un genio cuya atrabiliaria conformación le permite actuar y hablar en modos extraños.
In Lucian’s highly competitive and exhibitionist world, hyper-Atticism, the (ab)use of recondite, archaic words for the sake of impression, has become a sort of plague. In this article, I discuss how Lexiphanes focuses precisely on the literal and metaphorical associations of hyper-Atticism as a disease, by paying particular attention on the medical verdict - articulated in the text by Lucian’s authorial double, Lycinus - that the dialogue’s eponymous character suffers from melancholia. Rather than constitute a passing reference to the colloquial vocabulary of insanity, melancholia, I argue, helps Lucian forcefully assimilate the accumulation of pretentious words to the raving of the insane, a non-sensical blabbering that is void of meaning. At the same time, Lucian aims also to expose the presence of melancholy in the cultural and medical idiom of his time as a disease that typically affects ‘great spirits’, people of exceptional intelligence.
By calling Lexiphanes ‘melancholic’, Lucian scolds Lexiphanes’ pretentiousness both as a hyper-Atticist and, no less importantly, as a pseudo-intellectual who is shaping his public image, temperamentally and physiognomically, as a genius whose atrabilious constitution entitles him to act and speak in strange ways.
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