La hipospadia es el trastorno congénito más común en el sexo masculino, con una incidencia de 1 por cada 300 nacidos vivos. En algunos casos la anatomía genital impide definir el sexo por lo que es necesario recurrir a diversos estudios para determinarlo, lo que constituye un choque emocional para la familia y un reto para los médicos. Se presenta el caso de un recién nacido a término que nace con pene pequeño, uretra que desemboca a nivel del escroto semejando una vagina y bolsas escrotales a ambos lados del pene, sin otras malformaciones asociadas. Se diagnostica una hipospadia escrotal. Estos trastornos son una verdadera situación de urgencia en la etapa neonatal, por lo que es importante un diagnóstico y tratamiento temprano
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