El Verismo fue un paso adelante con respecto los esquemas operísticos post-románticos en Italia. La generación de compositores que se asocian a esta corriente pretendió trasladar el naturalismo de escritores como Émile Zola, Henrik Ibsen y Giovanni Verga al teatro lírico. Francesco Cilèa (1866-1950) fue uno de estos autores, junto a Pietro Mascagni, Ruggero Leoncavallo, Giacomo Puccini, Umberto Giordano, Alfredo Catalani o Riccardo Zandonai. Su ópera más emblemática es Adriana Lecouvreur (1902), analizada en este artículo en sus singularidades formales y de contenido que, en algunos aspectos, hacen que se separe de los parámetros teóricos veristas. Por otra parte, se estudian también cuáles son los elementos que, en cambio, sí responden a los presupuestos estéticos más habituales de la corriente, esos que determinan que la obra y su compositor sean identificados con el Verismo.
Verismo, Giovane Scuola, ópera, Adriana Lecouvreur, Francesco Cilèa, Italia
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