El progreso técnico abre hoy un horizonte de esperanzas gigantescas, en el campo de la ingeniería genética, que repercutirá sin duda sobre el bien de la humanidad. Pero, al mismo tiempo, estas posibilidades dejan en manos del hombre poderes insospechados, que despiertan una serie de temores. El artículo ofrece un breve panorama sobre la importancia de estos trabajos y algunos criterios éticos fundamentales para su valoración moral.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados