La cultura moderna ha hecho de la muerte un nuevo tabú. Lo mejor sería que el enfermo grave no llegara a saber su situación y muriera con la misma inconciencia e ignorancia con la que vino al mundo. ¿Constituye esta postura un ideal? El tema es analizado desde otras perspectivas para desenmarcarar las motivaciones más ocultas, que dificultan este encuentro con la verdad.
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