Frente a una forma excesivamente simplista de hacer teología, el autor se pregunta por las condiciones mínimas para que el discurso teológico merezca el calificativo de científico. Dentro del pluralismo que caracteriza a la teología contemporánea, el teólogo cristiano reconoce en el acontecimiento de Jesús resucitado el fundamento de toda esperanza, que contrasta con la historia de cada día y ofrece a ésta un sentido último. Pero ¿qué valor científico tiene este proyecto teológico? ¿hasta qué punto se puede aplicar a la teología el concepto de científico estrictamente entendido?
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados