En diciembre de 2016 se tuvo en Londres un congreso que debatió la validez ética del término temporal en el cual se puede hacer investigación en embriones humanos. Partiendo de la publicaciónde dos artículos de Zernicka-Goetz y Deglincerti que manifiestanla posibilidad de continuar la observación del desarrollo de embriones más allá del límite de los 14 días propuestos por el Reporte Warnock, se pone en evidencia la debilidad del criterio del así llamado pre-embrión y lo arbitrario del establecimiento del límite de los 14 días, según lo afirma la misma Mary Warnock. El Congreso tuvo la intención de mejorar las tasas de implante del os embriones fecundados in vitro, pero pone en evidencia la continuidad del desarrollo independiente del embrión humano desde la fecundación, sin necesidad de estímulos u otros tejidos que definan su desarrollo. Ante el abatimiento del “muro” de los 14días, queda la interrogante de ¿dónde establecer el nuevo límite? Queda así manifiesta la convencionalidad pragmática del límite para la experimentación que no se apoya en ninguna base científica y que ahora, con más claridad que antes, revela que no existe ninguna fase del desarrollo que sea más importante que las otras. Todo es una sucesión de etapas de un proceso continuo e independiente. No existe después de la fecundación un paso biológico que determine discontinuidad de desarrollo y, por tanto, no hay diferencia entre un embrión de 10 días y uno de 20 días en cuanto a su calidad moral. La selección y experimentación en embriones humanos debe ser prohibida totalmente por respeto a su inalienable dignidad intrínseca.
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