Desde el neolítico, y quizá desde antes, la fiesta tiene un sentido escatológico, de anticipo de la vida en la eternidad, y especialmente la fiesta de año nuevo. Desde sus inicios en la cultura sumeria hasta sus manifestaciones en la navidad cristiana, pasando por las saturnales romanas y los carnavales antiguos y modernos, la fiesta de Año Nuevo expresa que el comienzo está en lo eterno.
La fiesta de Año Nuevo manifiesta que el tiempo es proceso de cambio en el que todo es donación y regalo, y en el que se produce la transmutación de todos los valores: los reyes se convierten en esclavos y los esclavos en reyes, los hombres en mujeres y las mujeres en hombres, los ángeles en sirvientes y los pastores en cortesanos, Dios se convierte en hombre y los hombres en custodios de Dios. La fiesta confirma que el ciclo de los acontecimientos temporales pertenece a la eternidad.
From the Neolithic, and perhaps before, the feast has an eschatological sense, advance life in eternity, and especially the New Year’s feast. Since its inception in Sumerian culture to its manifestations in the Christian Christmas, through the Roman Saturnalia and ancient and modern carnivals, New Year’s feast says that the beginning is the eternal.
New Year’s feast says that time is the process of change in which everything is donation and gift, and in which the transmutation of all values occurs: the kings become slaves and slaves kings, men are changed into women and women into men, angels into servants and shepherds into courtiers, God becomes man and men custodians of God. The feast confirms that the cycle of temporary events belongs to eternity.
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