El profesor cristiano tiene dos ámbitos fundamentales en los que se desenvuelve su ser y en los que debe conocer su situación: la comunidad eclesial y el centro educativo. Desde los centros educativos, el seglar católico verá más concretado y especificado su campo de acción: suministrar una conciencia evangélica como instrumento para que los niños, adolescentes y jóvenes de hoy puedan imaginar y proyectar una sociedad más justa y humana.
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