Salvador Ivorra Chorro, Ricardo Reynau Sánchez, David Bru Orts, Francisco de Borja Varona Moya
En ocasiones, estructuras de especial relevancia que forman parte del patrimonio histórico de una ciudad se encuentran expuestas a acciones dinámicas que no fueron consideradas en su diseño y que hoy en día son objeto de numerosos estudios para mejorar el conocimiento acerca de las mismas. Muchos de los daños que sufren estas construcciones históricas son debidos a acciones sísmicas, siendo necesario una específica técnica de reparación dependiendo de la tipología estructural. Además, otras acciones como puede ser el paso de vehículos ferroviarios o por carretera puede llegar a introducir elevados niveles de vibración en las proximidades de la estructura. Por último, también pueden existir vibraciones debidas a cargas explosivas, por ejemplo para realizar excavaciones en roca, ataques terroristas o incluso eventos pirotécnicos. Concretamente, la estructura que ocupa el presente artículo es el Palacio de Altamira y su entorno situado en la localidad de Elche (Alicante). El palacio de Altamira fue construido a finales del siglo XV y está situado a orillas del río Vinalopó, en la Plaza del Traspalacio en el centro de la ciudad. A partir de los registros de aceleraciones, realizados durante varios eventos pirotécnicos próximos a la edificación, se observó que en general los valores medidos en la cubierta del Palacio Altamira superan considerablemente los límites de admisibilidad en cuanto a niveles de vibración tanto de la componente horizontal como la vertical para rangos de frecuencia de entre 1 y 10 Hz.
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