En el artículo se presenta una conexión entre diferentes actores históricos en cuanto a sus métodos en la guerra y sus resultados políticos, que recorre la táctica militar, una teoría de la estrategia y una escuela de pensamiento de las relaciones internacionales, para concluir que la razón de estado de hoy únicamente puede legitimarse si motiva la supremacía de la defensa y la búsqueda de seguridad como bien supremo, postura que paralelamente ayudará a gestionar la causa y la consecuencia de esa seguridad, es decir, la obtención y el ejercicio del poder.
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