El dominio ultraliberal de la economía financiera y del conocimiento, está propiciando cambios en las estrategias de producción y consumo, basados en una nueva apuesta por la reconstrucción de un sujeto en proceso multidimensional, sujetado por límites naturales, racionales e inconscientes, que desde el retorno a lo comunitario, asume un papel activo como consumidor frente a la sustracción de los soportes cognitivos, institucionales y de ciudadanía por parte de la oligarquía global y sus seguidores locales. Se sitúa así en la línea de la sociología de los fines, pero también revisa lugares comunes de las teorías gerenciales, a partir de experiencias concretas localizadas en sociedades con culturas diferentes. La hipótesis inicial considera que la crisis actual está propiciando nuevas experiencias de resistencia ancladas en perspectivas glocales transculturales, que implican un renovado acento en la preservación de lo comunitario así como de los recursos naturales y cognitivos, abriendo paso a otras epistemologías que resitúan el papel del conocimiento y sus herramientas, tanto como el poder del consumidor, entendiéndolo como prosumidor ecorresponsable, cuestionando muchos de los postulados que han servido de soporte para construir las perspectivas teóricas dominantes sobre la gerencia de organizaciones. Para extraer las conclusiones iniciales se parte del trabajo cualitativo realizado en diferentes organizaciones glocales, multiculturales que constituyen un campo social de referencia y resistencia como de estudios de caso de diferente rango en el uso de la energía biofísica, emocional e informacional, desarrollando fórmulas innovadoras de gestión. La metáfora del espejo que sirve de base al título, resulta muy sugerente como trama y como instrumento de análisis. Paul Demiéville creyó poder distinguir dos funciones en el espejo, según éste sirva para ilustrar la irrealidad del mundo fenoménico o bien, como figura de lo absoluto. Estos términos han servido de soporte a la construcción del pensamiento como mapa de la realidad social en la cultura occidental con la idea de finalidad como telón de fondo. Pero la crisis actual cuestiona los propios fines, poniendo al pensamiento bajo sospecha, cuando trata de utilizarlos como soporte en la imposición de nuevos mecanismos de regulación, apropiándose de los “fines legítimos”, especialmente, en el campo de lucha de las ciencias sociales. En este entramado, la apertura del pensamiento occidental al pensamiento oriental clásico puede dar algunas pistas sobre otra forma de entender el mundo de lo social. La metáfora del espejo ayuda a comprender las miradas que propicia este capitalismo financiero gaseoso y su plasticidad, pero superando la visión occidental. Así el Zhuangzi, propone una idea de espejo que escapa a esa concepción occidental, al considerarlo como un dispsitivo que acoge pero no retiene, refleja todo lo que se le presenta dejándolo pasar sin apegarse. No rechaza ni quiere guardar para sí, deja aparecer y desaparece en él sin nunca fijar. Por ello su facultad se ejerce indefinidamente sin nunca salir dañado. Esta metáfora guarda la posibilidad de generar otra epistemología, otra manera de hacer la gerencia en el nuevo terreno del juego glocal.
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