El año pasado el presidente Aznar rompió la tradición y se encaró abiertamente a Fidel Castro para pedirle la democratización de Cuba. Pero, al mismo tiempo, su administración favorece a Marruecos y Guinea Ecuatorial, dos países que, al igual que Cuba, salen muy mal parados en el informe anual sobre violaciones de los derechos humanos de Amnistía Internacional.
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