La evaluación de eficiencia para los hospitales públicos a nivel nacional se hace bajo la premisa de que la unidad hospitalaria es parte del sistema general de salud y en particular de la red de atención. La eficiencia se mide desde dos perspectivas, la primera la dada por los indicadores de recursos, aprovechamiento, funcionamiento y calidad; y la segunda perspectiva es la dada por un modelo de frontera estocástica. Los resultados indican que los hospitales públicos de segundo y tercer nivel, así como los centros de salud, son eficientes técnicamente, mientras que en los hospitales de primer nivel se evidencia un comportamiento ineficiente desde el punto de vista técnico, y la evidencia indica que esta ineficiencia es un problema de las unidades en el sistema, donde el componente del sistema refiere a una inadecuada asignación de recursos.
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