El presente trabajo analiza el rol de los jóvenes como prosumidores de imágenes en el contexto de la cultura digital. Se observó un elevado uso de las redes sociales, Instagram y Facebook principalmente, para compartir fotografías realizadas por los propios sujetos, lo que demuestra acceso y apropiación tecnológica. En cuanto a la producción, predomina el uso de selfies y retratos en los que los jóvenes aparecen con familiares, parejas y amigos, a partir de motivaciones emocionales y relacionales. Mientras que en el consumo los encuestados prefieren ver imágenes divertidas, emotivas y sensuales. Se evidencia que el contenido visual suele mediar las relaciones entre los jóvenes en los entornos virtuales.
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