Gonzalo San Segundo, María Dolores Albiac
Los tentáculos del Cesid llegan a casi todas partes. Lo mismo aparecen en una rueda de prensa disfrazados de periodistas, que en el teléfono particular de un ciudadano. O en una oficina de correos, como sucedió con el envío de una foto desde El Salvador a la redacción de Cambio 16 en Madrid.
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