Ante el mito. Fue un niño rico, húsar en la última gran carga de caballería del ejército británico, corresponsal de guerra, lord del Almirantazgo, piloto de avión, "padrino" del tanque, escritor de éxito, pintor, coleccionista de mariposas... Winston Leonard Spencer Churchill (1874-1965) fue, sobre todo, el hombre que plantó cara a Hitler. "Nos salvó", afirma Andrew Roberts (Hammersmith, 1963) que ha creado un personaje de tinta y papel tan imponente y abrumador como el Churchill de carne y hueso. Complejo y contradictorio, sensible y cruel, capaz de llorar en público y de maltratar a quienes lo querían, Churchill fue siempre un torbellino vital que nunca respetó los límites. El último gigante inglés.
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