Tiempo atrás el joven Romoleroux, un artista prodigio —de esos que el afamado crítico de arte Arthur Danto dice que ya no se fraguan— y que a sus 27 años ya logró obtener el Primer Premio de Pintura Mariano Aguilera; y contando ya con múltiples premios a su corta edad, configuró una necesidad devastadora por buscar nuevos rumbos una vez que el éxito lo consolido en sus formatos más admirados, como son los de la serie Mi esencia en tus sentidos que le precede al Premio y que le consolida como un artista de renombre.
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