“So I won’t go to jail”: Year two of a PROMUNDO-adapted program to eradicate gender-based violence

• Todd Powell-Williams ^[1] ; Allison Foley ^[1] ; Kim Davies ^[1]
  1. [1] Augusta University

     Augusta University

     Estados Unidos

     
• Localización: Masculinidades y cambio social, ISSN-e 2014-3605, Vol. 9, Nº. 1, 2020, págs. 85-105
• Idioma: inglés
• Títulos paralelos:
  • “Así no iré a la cárcel”: Segundo año del programa adaptado de PROMUNDO para erradicar la violencia sexista
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• Resumen
  • español

    Este artículo presenta los resultados de evaluación de un programa adaptado de PROMUNDO, promovido para reducir la violencia sexista entre chicos preadolescentes. Es la continuación de un estudio piloto anterior del currículum del programa. Los resultados examinados incluyen fomentar el pensamiento crítico respecto a la masculinidad, la agresión y la violencia; fomentando las habilidades necesarias para la comunicación efectiva, la expresión de emociones prosocial y la resolución de conflictos de forma no violenta. Pese a que los resultados cuantitativos en esta muestra tan pequeña no indican resultados significativos estadísticamente, los análisis cualitativos indican que los participantes estaban mejor preparados para expresar sus emociones, especialmente la ira, y para resolver sus problemas de formas no violentas que podrían reducir el camino de la escuela a la cárcel — a la cual los chicos participantes estaban en riesgo de entrar.

  • English

    This paper presents evaluation results of a PROMUNDO-adapted program enacted to reduce gender-biased violence among preadolescent boys. It is a follow-up to an earlier, pilot study of the program curriculum. Outcomes that are examined include promoting critical thinking regarding masculinity, aggression, and violence; fostering skills necessary for effective communication, prosocial emotional expression, and non-violent conflict resolution. While quantitative findings in this small sample do not indicate statistically significant results, qualitative analyses indicate that participants were better equipped to express their emotions, particularly anger, and to resolve conflict in non-violent ways that may slow the school-to-prison pipeline — which the participating boys were at-risk of entering.