El envejecimiento y la concentración en las urbes, son grandes logros sociales: la culminación de un desarrollo humano exitoso. Sin embargo, conllevan retos de equivalentes proporciones tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. Para que las personas mayores puedan seguir contribuyendo a sus familias, sus comunidades y las ciudades donde viven, habría que poner en práctica políticas muy eficaces. Habrá que cerciorarse de que los ciudadanos mayores están incluidos dentro de todos los aspectos de la convivencia urbana y que tienen acceso total a los espacios, estructuras y servicios urbanos, tal como fue indicado por las Naciones Unidas a través de sus tres directrices prioritarias del Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento en el 2002 en Madrid.
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