Ciutat Vella, como muchos centros históricos, ha visto reducirse el número de habitantes casi de manera tan rápida a como se ha ido produciendo la trans-formación del tejido urbano. Los que van quedando van siendo relegados a los fragmentos menos habitables del tejido. El vaciado físico y funcional, clave en el éxito de la transformación, ha ido fragmentando el tejido en partes y aislándolas entre sí. Y los habitantes, cada vez más, lo son de paso, sobre todo turistas. La habitabilidad necesaria en la vivienda y en la calle (espacio urbano) ha de ser un objetivo imprescindible de cualquier acción urbanística. La belleza de Ciutat Vella radica precisamente en la posibilidad de ser un espacio habitable y habita-do, sano, eficiente y equitativo. La continuidad espacial y el equilibrio funcional son factores esenciales, para mantener el carácter del lugar, su identidad y la vida cotidiana de quien vive y trabaja. Lo contrario es lo que en términos pictóricos denominaríamos naturaleza muerta.
Ciutat Vella, like many historic centers, has seen the population decline almost as rap-idly as the transformation of the urban fabric. Those that remain are being relegated to the less habitable fragments of the fabric. The physical and functional emptying, key to the success of the transformation, has been fragmenting the tissue into parts and isolating them from each other. And the inhabitants, more and more, are passing by, especially tourists.The habitability required in housing and in the street (urban space) must be an es-sential objective of any urban action. The beauty of Ciutat Vella lies precisely in the possibility of being a livable and inhabited space, healthy, efficient and equitable. Spatial continuity and functional balance are essential factors to maintain the charac-ter of the place, its identity and the daily life of those who live and work. The opposite is what in pictorial terms we would call still life.
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