a violencia de género es un problema social grave que ve potenciados sus efectos sobre la víctima por el uso de las nuevas tecnologías y por la participación en las redes sociales. Con la intención de proteger a la víctima de género digital, es por lo que se promulgó el nuevo artículo 172 ter del código penal español. Quisimos comprobar cuán conscientes son las víctimas de estar sufriendo acoso por medios tecnológicos y digitales, por lo que iniciamos una investigación tratando de abarcar el mayor número de usuarios y de un amplio rango de edad. Por un lado, utilizamos metodologías propias de las ciencias sociales y, mediante un sistema de encuestas, obtuvimos respuesta de usuarios entre 14 y 60 años de edad. Por otro lado, se realizó un estudio jurídico sobre la regulación que, del acoso digital, se hacía en otros países. El 50% de los usuarios de las redes es incapaz de percibir ni las desigualdades ni las acciones de acoso digital, en cambio, desde el punto de vista jurídico, la protección de esta esfera privada sí que está legislada. Así pues, concluimos que, en este caso el Derecho se ha avanzado a la propia conciencia social de que está sufriendo un problema por lo que, los profesionales jurídicos y técnicos deberíamos preguntarnos: «¿Cómo curar a una Sociedad que es ajena a su propia dolencia?».
Gender-based violence is a serious social problem whose effects on the victim are enhanced by the use of new technologies and by participation in social networks. With the intent of protecting the digital gender victim, new Section 172 ter of the Spanish Criminal Code was promulgated. In this paper we wanted to verify how aware are the victims of being harassed by technological and digital means, so we started an investigation trying to cover the largest number of users and a wide age range. On the one hand, we used social science methodologies and, through a system of surveys, we got a response from users between 14 and 60 years of age. On the other hand, we carried out a legal study on the regulation of digital harassment in other countries. 50% of network users are incapable of perceiving either inequalities or digital harassment, whereas from a legal point of view, the protection of this private sphere is legislated. Therefore, we conclude that, in this instance, the Law has advanced to the very social awareness that it is suffering from a problem. Thus, we legal and technical professionals should ask ourselves: “How can we cure a society that is alien to its own ailment?"
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