Milán, Italia
Los conflictos que se desatan en Cuba en la segunda mitad del siglo xix y que culminan en la derrota española de 1898, no fueron impedimento serio para desanimar la emigración. De hecho, al final del siglo xix, los gallegos representaban alrededor del 40% de los 130.000 residentes españoles. A pesar de su gran afán de integración, en el teatro vernáculo de los «bufos habaneros» este tipo de emigrante se representaba en forma de parodia, como bruto y tacaño. Por otra parte, en Galicia iba naciendo una forma de teatro de compromiso social que pronto se daría a conocer al otro lado del Atlántico. Así, en 1884, Manuel Lugrís Freire estrena en La Habana A Costureira da Aldea y en el año siguiente, Ramón Armada Teixeiro triunfa en el Gran Teatro Tacón con la pieza ¡Non Máis Emigración! En este artículo se considera el impacto de estas dos obras en la sociedad cubana de la época. La superación del estereotipo negativo del gallego, a medida que se va forjando la identidad nacional cubana, es bien evidente en algunas piezas del repertorio del Teatro Alhambra de La Habana.
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