Samarcanda… pocos lugares del mundo tienen el mismo poder evocador desde la sola pronunciación de su nombre. Sin embargo, a diferencia de otras muchas ciudades asiáticas, la uzbeca todavía hoy justifica y propicia cuantas ensoñaciones se liguen al auténtico exotismo de Oriente. Su historia milenaria es fruto del continuo tráfico de personas e ideas que, procedentes de los más remotos confines, allí confluyeron, acrisolándose, con el resultado de un riquísimo emporio comercial engalanado con una opulencia propia de Las mil y una noches. Un plano de la ciudad timúrida nos ayuda a comprender la importancia de este magnífico enclave comercial y su evolución desde la colina de Afrasiab, donde tuvo inicio su primera ocupación.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados