Desde la puesta en marcha de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba, EMACSA, allá en el año 1969, la prioridad ha sido garantizar un servicio de calidad, con todo lo que ello conlleva. Todos los esfuerzos, desde el primer día, han estado dirigidos a llevar a los domicilios de las personas usuarias la mejor de las aguas posibles. En el caso de EMACSA, que gestiona el ciclo integral del agua, también se ha trabajado para realizar el mejor saneamiento posible y para devolver al medio ambiente un agua depurada en condiciones óptimas. El resto de empresas de gestión del agua os reconoceréis en este esfuerzo y en este objetivo. Tenemos entre las manos un recurso vital, es una prioridad que este elemento llegue a las personas en las mejores condiciones. En esto no hay discrepancias. Tampoco hay versiones posibles cuando hablamos de cantidad. Las personas necesitamos unas cantidades mínimas para dar por satisfecha nuestra necesidad de agua. En esto también se han esforzado las empresas de gestión del agua, que en ocasiones lo han tenido muy difícil para superar situaciones graves de sequía. Calidad y cantidad, requisitos indispensables para prestar un buen servicio. Al mismo nivel que estas dos prioridades, desde EMACSA hemos querido poner en valor una tercera: la IGUALDAD. Igualdad aplicada al acceso al agua, pero también referida a esa capacidad intrínseca que tiene el agua para hacernos iguales a todos y a todas. Por eso, en la campaña de sensibilización puesta en marcha por EMACSA con motivo del Día Mundial del Agua 2018, hemos resaltado el hecho de que el agua es una fuente de igualdad, un manantial de civismo y socialización que nos une y nos hace mirarnos como seres iguales, con los mismos derechos y obligaciones, sin que ello esté condicionado por nuestro género, raza o creencia, ni tampoco por el lugar de la ciudad donde vivamos o por la situación económica que atravesemos. Para una empresa de gestión del agua, todas y cada una de las personas usuarias de sus servicios deben ser iguales. No estamos ante un elemento opcional. No tenemos la posibilidad de renunciar a él. Y eso nos hace completamente iguales. Con esta premisa, desde EMACSA hemos querido aprovechar esta capacidad del agua para mostrar muy claramente que los seres humanos podemos ser diferentes pero no desiguales, y hemos puesto en circulación dos creatividades donde se destaca esta realidad. En una de ellas podemos leer: Agua, fuente de igualdad, y en la segunda, el eslogan es: Somos 70% agua, 100% iguales. El objetivo último no es otro que el de contribuir al necesario avance en igualdad que requieren todas las sociedades, mucho más, cuando se hacen llamar avanzadas y democráticas. Todas y todos somos iguales en todos los sentidos, pero cuando se trata de un recurso vital no caben las interpretaciones. Es lo que tratamos de reflejar con esta campaña, y más importante, con el día a día de una empresa que sabe que su deber pasa por ofrecer calidad, cantidad e igualdad.
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