La deshidratación de los lodos generados en el tratamiento de depuración constituye uno de los grandes procesos del sistema, tanto los consumos de reactivos y energía utilizada así como la calidad del efluente devuelto a planta contribuyen de forma importante al coste final de la operación. Siendo ello importante no lo es menos la obtención de un producto con un grado de sequedad adecuado que permita el transporte, tratamiento y disposición final de los lodos evitando problemas y molestias de índole social y medioambiental. El grado de sequedad obtenido es uno de los factores que más fácilmente pueden influir en la cuenta de resultados. Por todo ello las instalaciones de deshidratación han merecido un particular interés por parte de los explotadores y paralelamente la maquinaria ha evolucionado para dar solución a la demanda generada. La ponencia cuenta la experiencia que hemos tenido en nuestra planta desde los inicios en 1991, partiendo de una instalación de filtros banda, sustitución a las primeras centrífugas, opciones de instalación de las mismas a fin de minimizar el transporte de los lodos deshidratados, eliminación de bandas transportadoras, optimización del almacenamiento y transporte. Instalación de la segunda generación de centrífugas en la parte superior de los silos para eliminar completamente el trasiego de lodos deshidratados y control de las mismas mediante autómatas controlados por la concentración de entrada, par de funcionamiento, velocidad diferencial y calidad del escurrido. En todos estos años hemos almacenado una experiencia importante que pensamos puede ser de utilidad para nuestro sector.
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