Cuando en 1675 Calderón escribe El jardín de Falerina, un auto cuyo asunto «fundarle en la música intento», elige como asunto una «sabida fábula» en la que un paladín llega al jardín encantado de una maga que, valiéndose de la música, trastorna sus sentidos y a él mismo, clara advertencia a quien se deja arrastrar por las pasiones. El tema lo había utilizado ya en varias obras anteriores, por lo que en el auto aprovecha personajes, situaciones y parlamentos de algunas de estas obras. Pero, además, siendo consciente del enorme poder evocador de la música, también reutiliza tonadas y estribillos preexistentes, transformados en su mayoría en «cuatros» que interpretan los Vicios y la Culpa para adueñarse del Hombre, aspecto este que parece haber pasado desapercibido hasta ahora.
In 1675 Calderón wrote the play or auto, El jardín de Falerina (Falerina’s Garden), infused with the power of music. In this "sabida fábula" (known fable), the paladin appears in a garden, enchanted by a sorceress, who through music distorts his senses and disorient him. This is a clear warning to whoever let themselves be carried away by their passions. He had already used the theme in various plays beforehand, and was thus able to take advantage of some of the characters, situations and dialogues used previously. Furthermore, being most aware of the evocative power of music he also reused tunes and refrains, which for the most part were transformed into “cuatros” (four part poliphony), to be sung by the Vices and Guilt in order to possess Mankind. Up until now, this fundamental aspect of the power of music in this auto seems to have been ignored.
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