Durante los primeros siglos de la Edad Media, las batallas no fueron más que unos brutales enfrentamientos entre dos ejércitos formados por grupos de infantería, escasamente armados y mal dirigidos. Tendremos que esperar a la aparición de la caballería para observar una cierta evolución de las tácticas militares, especialmente durante la época de las segundas invasiones en la que la cristiandad, atacada por todos los frentes, vio amenazada su supervivencia.
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