Edificio de viviendas sociales en Can Batlló
- Autores: Miquel Espinet Mestre, Antoni Ubach i Nuet
- Localización: On diseño, ISSN 1695-2308, Nº. 387-388, 2019
- Idioma: español
- Enlaces
-
Resumen
El patio central de este interesante edificio de viviendas, situado junto a la que fue la emblemática fábrica textil de Can Batlló, constituye el elemento principal del proyecto, regulando la temperatura del edificio y actuando como epicentro de la actividad comunitaria.
El edificio de viviendas de Can Batlló parte de un concurso público que convoca el Patronat Municipal de l’Habitatge de Barcelona (PMHB) en un solar residual, limitando con la antigua fábrica textil de Can Batlló, en el corazón del barrio de Sants, declarada de interés público. Un solar con tres fachadas abiertas a condicionantes urbanos muy diferentes.
El lema del proyecto del concurso “abriendo caminos” orientaba hacia la idea de un envoltorio edificado de alturas diferentes referidas a la altura reguladora de cada calle, sobre un espacio vacío interior y central. Este planteamiento inicial permite explorar las ventajas del patio de luces, no solo como elemento de iluminación y ventilación sino también como instrumento de conectividad del edificio. El patio de luces trabaja como una máquina climática, con resultados muy favorables en el estudio bioclimático del edificio.
De acuerdo con el esquema de funcionamiento, se articula una nueva forma de entender la estructura interna de las viviendas, configurando un anillo de servicios alrededor del patio de luces: espacios servidores ubicados en la corona interior y espacios servidos, flexibles, sobre la fachada exterior.
La piel del edificio se adapta a cada fachada, con el objetivo de encontrar el mayor ensamblaje visual. De aquí las ligeras fracturas del plano de fachada, su falta de ortogonalidad y la rotura del orden geométrico de las paredes divisorias.
El orden formal nace de la centralidad del patio de luces que, más allá de ser el espacio de paso hacia las viviendas, se convierte en el óculo que abre hacia el cielo dejando entrada a la noche y el día, el invierno y el verano; el embudo que engulle lo que ocurre en el exterior y la trompeta que expulsa aquello nocivo que se produce en su interior, todo gracias a la corriente de aire que se produce. El edificio mantiene un generoso espacio a nivel de calle, aportando al lugar un porche que abriga la entrada del garaje y agranda el acceso de peatones al parque de Can Batlló. El tratamiento de fachadas incide sobre esta voluntad: bancas y luminosas con perforaciones verticales en las plantas de viviendas, y gris oscuro en el tratamiento de la chapa ondulada en la línea de la planta baja. El edificio flota por el contraste cromático de los dos colores.
