Carlos III, interesado por las nuevas corrientes del pensamiento ilustrado que circulaban por Europa, promovió desde el comienzo de su reinado, la publicación de tratados y la creación de escuelas-fábricas de relojería en España con el fin de potenciar este arte. El franciscano Manuel del Río fue el primero en publicar en 1759 un tratado titulado Arte de reloxes de ruedas para torre, sala i faltriquera. El relojero de cámara Manuel de Zerella escribió en 1781 un Tratado general y matemático de reloxería que comprende el modo de hacer reloxes de todas clases, y el de saberlos componer y arreglar por difíciles que sean acompañado de los elementos necesarios para ella, como son aritmética, álgebra, geometría, gnomónica, astronomía, geografía, física, maquinaria, música y dibuxo precisos para poseer a fondo el Noble Arte de la Reloxería. Por último, los relojeros franceses Felipe y Pedro Charost solicitaron permiso para establecer una fábrica de relojería en Madrid. Una de las condiciones que se les impuso fue la redacción de un tratado metódico simple de relojería que apoyara la formación de los aprendices de su escuela.
Charles III of Spain, interested in the new theories from Enlightenment ideas of European thinking, promoted from the very beginning of his rule the publication of treatises and the creation of watchmaking school-factories in Spain with the aim of boosting this art. The Franciscan friar Manuel del Río was the first to publish, in 1759, a treatise titled Arte de reloxes de ruedas para torre, sala i faltriquera. The royal clockmaker Manuel de Zerella wrote in1781 a Tratado general y matemático de reloxería que comprende el modo de hacer reloxes de todas clases, y el de saberlos componer y arreglar por difíciles que sean acompañado de los elementos necesarios para ella, como son aritmética, álgebra, geometría, gnomónica, astronomía, geografía, física, maquinaria, música y dibuxo precisos para poseer a fondo el Noble Arte de la Reloxería. Lastly, the French clockmakers Felipe and Pedro Charost requested permission to stablish a clock factory in Madrid. One of the conditions imposed was the requirement to draft a simple but methodical treatise of watchmaking to support the formation of its school’s apprentices.
Carlos III, interessado nas notícias do pensamento iluminista que circulavam na Europa, promoveu desde o início de seu reinado, a publicação de tratados e o estabelecimento de escolas-fábrica de relógio, na Espanha, a fim de promover esta arte. O franciscano Manuel del Rio foi o primeiro a publicar em 1759 um tratado intitulado Arte de reloxes de ruedas para torre, sala i faltriquera. O relojoeiro Manuel de Zerella escreveu em 1781 um Tratado general y matemático de reloxería que comprende el modo de hacer reloxes de todas clases, y el de saberlos componer y arreglar por difíciles que sean acompañado de los elementos necesarios para ella, como son aritmética, álgebra, geometría, gnomónica, astronomía, geografía, física, maquinaria, música y dibuxo precisos para poseer a fondo el Noble Arte de la Reloxería. Finalmente, os relojoeiros franceses Felipe e Pedro Charost pediram permissão para estabelecer uma fábrica de relógios em Madrid. Entre uma das condições impostas a eles, é que eles foram forçados a escrever um tratado de relojoaria metódico simples que apoiasse a formação de aprendizes em sua escola.
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