En el presente artículo se trata una tercera dimensión de la vulnerabilidad implícita a las dimensiones antropológica y social, la dimensión ética. En la ética confluyen todas las dimensiones de la vulnerabilidad fundidas en una realidad humana universal y decisiva en la fundamentación y en la aplicación práctica de la bioética. La vulnerabilidad es una calidad inherente al ser humano cuyo reconocimiento genera deberes morales muchos de ellos refrendados por las leyes, el deber de no hacer daño, el deber de socorro, el deber de cuidar que implican universalmente. La vulnerabilidad del ser humano y la enfermedad como ámbito moral condicional el máximo rigor que tiene la responsabilidad moral de las profesionales sanitarias.
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