Luis Arturo Díaz García, Sergio Ibáñez Cerda
En términos tipológicos, se puede diferenciar entre las lenguas que tienen un recurso gramatical específico para marcar a los benefactivos y una forma distinta para los malefactivos, y las lenguas que no diferencian estas categorías con una marca específica. El español normalmente es clasificado entre este último tipo de lenguas (Smith, 2005; Radetzky y Smith, 2010: 99), pues, se arguye, cuenta con una construcción de afectación, la de dativo, que semánticamente activa tanto un efecto positivo como negativo. A partir de un análisis semántico-sintáctico de datos de uso del español de México, este estudio muestra que el dativo de afectación se distribuye en dos tipos de construcciones básicas: las agentivas y las eventivas. En términos de frecuencia, las primeras tienden a manifestar una afectación positiva; las segundas muestran, casi categóricamente, un efecto adverso. Esto indica que en español es posible distinguir dos subcategorías de dativo de afectación: el benefactivo y el malefactivo, y que por lo tanto pertenece, al menos parcialmente, a las lenguas que cuentan con un recurso gramatical diferenciador.
Languages are distinguished, in typological terms, between those which have a specific grammatical form to mark benefactive participants and a different form to code malefactives, and those which do not differentiate those categories with specific marks. Spanish is usually classified among this last type of languages (Smith, 2005; Radetzky & Smith, 2010: 99). It is argued that this language has an affectation construction, the dative one, which can yield a positive effect or, as well, a negative one. In this work, we present a semantic-syntactic analysis based on usage data from Mexican Spanish that shows that the speakers tent, in frequency terms, to use two different constructions for the codification of an affected participant: the agentive and the eventive constructions. The first one shows a specialization on positive affectation and the second one amply has a negative connotation. This suggests the necessity of properly distinguishing between two subtypes of affected datives: the benefactive and the malefactive. In this sense, it is possible to claim that Spanish belongs, at least partially, to the typological class of languages that formally code the difference between those semantic roles.
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