Leioa, España
El dibujo arqueológico y la ilustración histórica son disciplinas muy relacionadas entre sí que constituyen una parte fundamental de la ciencia arqueológica. Sus objetivos son documentar y proponer hipótesis de reconstrucción del pasado a la sociedad. Con la entrada en el siglo XXI y especialmente en la última década, se ha producido una auténtica revolución en nuestra profesión de la mano de las herramientas digitales, como la fotogrametría y el diseño digital o las técnicas de virtualización del patrimonio. Son muchos los retos que presenta el siglo XXI: debemos profundizar en una formación superior reglada y más completa, en una normalización del lenguaje del nuevo dibujo arqueológico y en iniciativas que vayan en la línea de reforzar y promocionar la figura del dibujante o ilustrador de arqueología. Se han comenzado a dar los primeros pasos ya en este sentido. Cabe destacar la creación de las primeras especialidades universitarias y de la Asociación Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Arqueología (ADARQ). Nos encontramos en un período de crisis, entendido como cambio, en el que se han multiplicado las opciones gráficas disponibles y la manera de presentarlas al público, devolviendo este conocimiento a la sociedad. La importancia y la vigencia de nuestra profesión y de la imagen en arqueología y su papel en la difusión de patrimonio es si cabe hoy día más importante aún de lo que lo ha sido hasta ahora
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