La revolución tecnológica está afectando directamente a las formas de trabajo en sí, y al mecanismo de distribución de recursos que es el salario, lo que está llevando a sociedades duales insostenibles que requieren repensar las condiciones y modalidades de los trabajos. En la nueva época en la que estamos entrando, se necesitarán empresarios con visiones y concepciones más amplias sobre las empresas, con la audacia y la visión de futuro de grandes industriales del pasado, como Henry Ford, que entendió en su día que si se quería que hubiera compradores solventes para las nuevas mercancías que estaban produciendo, no había más alternativa que pagar a sus propios trabajadores sueldos más altos.
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