Una quemadura es una lesión que afecta a las diversas capas de la piel, tras haber entrado ésta en contacto con un agente externo peligroso (calor, frío, electricidad, productos químicos o radiaciones). Este contacto provoca una destrucción celular, edema (inflamación) y la pérdida de líquidos, debido a la destrucción de los vasos sanguíneos e incluso, puede poner en riesgo la vida, dependiendo de su extensión, profundidad y localización. Una rápida y acertada actuación frente a un quemado puede disminuir el tiempo de curación, prevenir las complicaciones o secuelas que puedan derivarse y, en casos extremos, incluso salvarle la vida.
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