No es lo mismo ser adicto al trabajo que trabajar duro. A menudo se confunden ambos conceptos, pero la realidad es que no tienen nada que ver. Detrás de esa persona para la que el horario laboral no entiende de límites, se esconde algo más. Falta de equilibrio, un alto estándar de auto exigencia, una difi cultad en sus relaciones personales, etc., y por si fuera poco, también deja su huella en su salud y en el ambiente laboral de la empresa. En resumidas cuentas, tener en la organización un Workaholic no es la más recomendable ni para el bienestar de la empresa ni para el suyo propio. Por este motivo, es importante prevenir antes que curar.
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