Ya lo decía Marco Tulio Cicerón: "somos esclavos de la ley para poder ser libres". Aunque la norma "debe ser breve para que los profanos la recuerden con facilidad", apostillaba Lucio Anneo Séneca. Los romanos conocieron y superaron muchas crisis económicas, y tuvieron que aprender a administrarse a marchas forzadas. Pasaron de una economía agrícola y tribal a controlar la riqueza generada en los seis millones de kilómetros cuadrados (12 veces la superficie de España) que llegaron a dominar en la fase máxima de su imperio. Y para organizar su economía idearon una estructura fiscal que ingresaba beneficios recaudados por impuestos tan dispares como el que gravaba la orina (vectigal urinae) o el hecho de permanecer soltero a cierta edad (uxorium).
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados