En este texto se afirma que hay un desencanto creciente con la función primordial conferida hasta hace muy poco a la industrialización y a sus aspectos concomitantes cual la urbanización y la educación generalizada; se suponía que la industrialización iba a traer consigo la incorporación del más alto progreso témico-científico, la difusión de pautas modernas de orientación y la posibilidad de crear innumerables puestos de trabajo bien remunerados para una población que crecía rápidamente y que con mayor celeridad aún abandonaba las áreas rurales.Los enfoques posmodernistas pueden dar luces sobre este proceso y particularmente acerca del carácter precario y contingente de los fundamentos que subyacen al desarrollo modernizante, tales como el Estado nacional, la administración eficiente de grandes unidades territoriales y la construcción de lealtades estables.
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