Nuestro país atraviesa uno de los periodos más importantes en su historia política reciente. Hace pocos días, el gobierno nacional anunció el cese al fuego bilateral como parte de las negociaciones con la guerrilla de las FARC, negociaciones que han durado 4 años y pretenden finalizar un conflicto de más de cincuenta [1]. Ante este panorama, no sólo debe pensarse en los acuerdos que garanticen la finalización de la guerra sino en cómo se va a lograr de ahora en adelante un desarrollo económico y social que ataque las raíces iniciales del conflicto. En este sentido, la ingeniería es responsable de proveer soluciones que faciliten la satisfacción de las necesidades de la población en esta transición y los grupos de investigación del país son los directamente llamados a desarrollar estas soluciones. Desde el inicio de las negociaciones, Colciencias ha destacado el importante rol que cumpliría ante un eventual pot-conflicto; hace casi un año, en el marco de la Exposición Itinerante “Servidores públicos constructores de paz” el subdirector de la institución, Alejandro Olaya Dávila, expresó que “muchas de las soluciones que va a requerir el país durante estos 15 años después de que se firme el acuerdo van a venir de la ciencia y la innovación” y además que “Colciencias va a tener un papel protagónico como entidad que orienta el propósito científico, tecnológico y de innovación de Colombia, en una era de post conflicto y paz para el país. Será una nueva era en la que podemos proveer todas esas soluciones a las desigualdades y los desafíos que implica reconvertir el país hacia una economía y una sociedad que funcione en paz” [2].
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