Gloria Pérez de Rada Cavanilles
Josefina compro la finca el “Château de Malmaison” en 1799 para ella y su marido, el futuro Napoleón I de Francia, que por aquel entonces se encontraba luchando en el frente. Malmaison era una finca destartalada, a ocho millas al oeste del centro de París, que abarcaba casi 150 acres de bosques y prados. A su regreso, Napoleón expresó su furia porque Josefina hubiera comprado una casa tan cara con el dinero que ella esperaba que él trajera de su campaña egipcia, pero Josefina consiguió transformar esta finca destartalada en «el más bello y curioso jardín de Europa, un modelo de buen cultivo», dónde se cultivaban flores raras y exóticas, como las Liliáceas de las que vamos a hablar.
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