Francisco Javier Moreno Díaz del Campo
Parafraseando a Ortega, el arte es fruto de sí mismo y de sus circunstancias. Si Warburg o Hauser introdujeron en la historiografía esa conciencia de indisolubilidad entre sociedad y expresión artística no fue como una mera variante en la interpretación de la fenomenología cultural; al contrario, se asentaban las bases de una metacognición de la cultura, basada en la conectividad de las mentalidades y las producciones intelectuales humanas. Una clave de bóveda, sin duda, para los humanistas que desde el arte, la literatura y otros testimonios de excepción acceden a la reconstrucción epistemológica de sociedades pretéritas.
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