En virtud de una razón universal y un espíritu nuevo, parte de la modernidad y del funcionalismo arquitectónico más radical se ausentaron de la proporcionalidad con el entorno, la historia y la naturaleza. Frente a esa postura, el empirismo realista y humanista ofreció orden, y mesura con el lugar y la cultura, sin perder contacto con la racionalidad constructiva y los avances tecnológicos. En este texto se pretende alcanzar una comprensión teórica del sentido del despotismo y la conmensurabilidad política en arquitectura a través de la ville Savoye y las piscinas de Marés de Siza.
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