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Regadío y sociedad en la cuenca del Alto Río Grande, E.U.A.: La herencia mutualista. Las acequias del alto Río Grande son mucho más que canales de riego. También proporcionan y manejan el agua para la comunidad de terratenientes del sistema. Después de cuatro siglos de uso, las acequias persisten hasta los tiempos modernos con sus principios originales intactos: auto-gobierno, autonomía local, reglas internas para los procedimientos de operación y un fuerte sentido de mutualismo o responsabilidad comunal. Han durado desde la colonización española, sosteniendo una cultura de agua que ha aguantado tres gobiernos, España (1598- 1821), México (1821-1848) y los Estados Unidos (1848 hasta el presente). A pesar de los desafíos de variabilidad del clima, cambios demográficos, urbanización y modernización económica, los parciantes de la acequia conservan, mantienen y defienden sus derechos de agua de la acequia madre. La mayoría de estos sistemas de riego todavía funcionan como siempre, con zanjas excavadas que marcan los límites del terreno semi-árido y extienden las zonas ribereñas para usos múltiples. ¿Sobrevivirán las presiones para asignar el agua para usos de más valor económico como el crecimiento de los centros urbanos, la escasez de agua entre usuarios y los efectos de la creciente sequía de los últimos años? Parecidos a las comunidades de riego de Valencia medieval que se organizaban como los gremios de la época, las acequias del alto Río Grande se vinculan a otras asociaciones como las cofradías y sociedades mutualistas caracterizadas por estos atributos en común: la adopción de reglas y normas escritas, la elección de oficiales para funciones executivas y procedimientos de operación autodeterminados. El mutualismo en la cultura de las acequias, vinculado con la recuperación del idioma castellano, pueden ser la clave de adaptación cuando emergen nuevos desafíos en los futuros escenarios de cambios inesperados.
The acequias of the upper Río Grande are more than just irrigation canals. They also allocate and manage water for the community of landowners in the system. After four centuries of use, the acequias persist into modern times with their founding principles intact: self-government, local autonomy, internal rules for operating procedures, and a strong sense of mutualismo or communal responsibility. They have endured since Spanish colonial settlement, and have maintained continuity of a water culture surviving political-administrative changes under three sovereigns, Spain (1598-1821), Mexico (1821-1848), and the United States (1848- Present). Despite stressors of climate variability, demographic changes, urbanization, and economic modernity, the acequia parciantes hold onto, maintain, and defend their shares of water in the acequia madre. Most of these irrigation works still function as before, zanjas carved out of the land to shape the edges of the semi-arid terrain and extend the riparian zones for multiple uses. Will they survive the pressures to move water to higher economic values such as municipal growth in the urban centers, water shortages among competing users, and the effects of drought evidenced in recent years? Similar to the irrigation communities of medieval Valencia that were modeled after the craft guilds of that era, the acequias of the upper Río Grande have ties to other solidarities, namely, the cofradías and mutualista societies characterized by common attributes: the adoption of written rules and regulations, the election of officers for executive functions, and operating procedures that are self-determined. Mutualism in the acequia culture, coupled with recovery of the Spanish language, could be the key to adaptation when new challenges emerge in future scenarios of unexpected change
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