En viticultura ecológica, la utilización de azufre es la práctica más habitual para el control del oídio, no habiendo existido prácticamente alternativas hasta ahora. Se trata de una alternativa eficaz y económica pero no exenta de controversia. En este trabajo se estudia la eficacia de nuevos productos alternativos de bajo riesgo fitosanitario contra el oídio que permitan reducir las dosis de azufre a aplicar. Se evalúa además la cantidad de azufre en el mosto según el método de vendimia (mecánica frente a manual), así como las características de los vinos resultantes en la variante basada en el empleo exclusivo de azufre. Se ha conseguido reducir considerablemente las dosis de azufre con las nuevas estrategias hasta un 89%. En estas condiciones de alta presión de oídio, la estrategia basada en el empleo de azufres ha sido la más eficaz y económica. En cuanto a mostos y vinos no se aprecian diferencias entre la vendimia manual y mecánica.
El empleo de azufre por parte de viticultores para combatir muchas plagas de sus vides era normal incluso antes de la llegada del oídio. Herrera, en 1808 al hablar de las enfermedades de la vid, dice que "si se ahumara la viña con cera y piedra de azufre perecerá toda plaga". El azufre ha sido el método de lucha contra oídio en viticultura desde el momento en que se descubren sus propiedades fúngicas (1862, Juan Ruiz en ?El oidium, sus estragos y manera de prevenirlos por medio del azufrado metódico de la vid?) hasta la aparición de los IBS Triazoles en los años 70-80 del pasado siglo. En el caso de la viticultura ecológica, el azufre ha sido la única alternativa de lucha contra el oídio durante muchos años. A pesar de que hoy en día no existen restricciones al uso de azufre, sí que existen certificadoras y/o comercializadoras que limitan su uso a dosis comprendidas entre 30 y 80 kg/ha/año, y pudiera ser que en un futuro se limite su uso. Por otra parte, la utilización del azufre tiene una serie de puntos críticos: afecciones para el aplicador (irritante para los ojos, las vías respiratorias y la piel), derivas en su aplicación si existen mínimas condiciones de viento, fitotoxicidad cuando la temperatura y humedad son elevadas, posibles efectos adversos para la fauna auxiliar y/o posibilidad de influir en el proceso de elaboración del vino y en sus características organolépticas. En lo que respecta al Real Decreto 1311/2012, se establece la obligatoriedad de implementar programas de Gestión Integrada de Plagas (GIP) a partir de enero de 2014 en todos los estados miembros de la Unión Europea (UE), lo que conlleva la reducción del uso de fitosanitarios y la búsqueda de alternativas a los mismos. Así, en los últimos años se ha asistido a una auténtica revolución de sustancias de diversas categorías para el control de oídio dentro de la GIP, que han irrumpido en el mercado. Por sus características algunas presentan certificado para su utilización en viticultura ecológica, pudiendo ser una alternativa al uso de azufre.
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