La situación actual de los enfermos mentales en prisión es insatisfactoria. Tanto si se encuentran internos en una prisión especializada -los llamados psiquiátricos penitenciarios-, como en un centro penitenciario ordinario, parece haber consenso en el necesario cambio de paradigma. Partiendo del difícil encaje jurídico de la enfermedad mental, el presente trabajo propone un nuevo modelo basado en la necesaria intervención sanitaria no penitenciaria de quien, en virtud de una enfermedad mental crónica, ha sido declarado criminalmente no responsable.
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